• Home
  • /
  • Stories Hub
  • /
  • BDSM
  • /
  • Hielo

Hielo

Estamos en el ático de un edificio muy alto. Sin mediar palabra te atraigo hacia mí, y te inmovilizó contra la gran ventanal. Te arranco la ropa, rompiéndote el tango que uso para amordazarte. Solo con eso ya has empezado a humedecerte y sin contemplaciones te la meto tan fuerte que en cada embestida tienes que ponerte de puntillas mojándote cada vez más.

Te oigo gemir a través de la mordaza y tu cara aplastada contra el cristal tiene una expresión de miedo, pero tus ojos me hablan de excitación, así que te doy más fuerte aun, mientras que nuestras respiraciones empañan el cristal. Te arranco de la boca ese trozo de tela babeado solo por el placer de oírte jadear cuando el orgasmo se acerca y las piernas te tiemblan mientras que mis manos te sujetan impidiendo que te escapes.

Justo cuando estas apunto de derretirte de placer, me aparto dejándote con las ganas para hacer que te arrodilles y pasarte mi polla húmeda de tus jugos por la cara. Golpeándote con ella y haciéndote rabiar cuando te la paso por los labios pero impidiendo que la chupes aunque sacas la lengua para lamerla. Te paso la polla pringosa por la cara, disfrutando de tus intentos de atraparla con la boca, cuando intentas cogerla con las manos, te llevas un cachetazo en la cara. Y te riño para que mantengas las manos cruzadas detrás de la espalda.

Solo entonces te agarro la cabeza y comienzo a follarte la boca, metiéndola hasta el fondo mientras que mi polla te obliga a tener la boca abierta al máximo, hasta que te atragantas un poco y babeas sin control, aguantándote las lágrimas. Te cojo en peso bruscamente y te llevo a la cama, atándote las manos al cabecero, como si fueras una potrita que tengo que domar. Te vendo los ojos con una corbata, y disfruto viendo cómo te retuerces indefensa y pataleas intentando soltarte.

Tú y yo sabemos que precisamente soltarte es lo último que quieres y que en realidad te retuerces de excitación.

Así atada y con los ojos vendados, aun ardiendo por el orgasmos que me he negado a darte, notas por sorpresa como algo frío recorre tu piel, juego con un trozo de hielo pasando entre tus pechos, haciendo que los pezones se pongan aún más duros antes de chuparlos y morderlos estirándolos con los dientes. Bajando lentamente por tu vientre, hasta llegar a tu coño. Te abro los labios vaginales con el hielo que empieza a derretirse de tan caliente que estas, el calor de tu flujo puedo con el frío del hilo, mezclándose. Así que subo para llevar a el hielo a tu boca, para lo chupes sedienta, mezclado con tu propio sabor.

Sin avisar te doy la vuelta, dejándote a cuatro patas, con el culo levantado y las manos aun atadas la cama. En esa postura juego de forma descara con tu coño amasando, abriéndolo y estrujándolo, repartiendo tu flujo antes empezar a follarte con un trozo de hielo, que poco a poco va metiéndose más adentro hasta quedar completamente encajado en tu interior. Cuando aún no te has repuesto de la sensación de frío y calor en tu coño, te abro los cachetes del culo clavando los dedos hasta hacerte daño, dejando tu ano expuesto. Antes de empezar a pasar la punta de mi pene, ya estas llorando

- "No, por favor, no, es muy gorda, me va a doler."

Me da igual tu suplicas y te llevas un azote en culo para que te calles, da igual cuanto llores, yo hago lo que me da la gana, tu cuerpo es de mi propiedad y lo uso como quiero. Te voy abriendo el culo poco a poco, cuando crees que ya ha terminado aún queda más verga por entrar. Resuellas y gimes, agarrándote al cabecero de la cama, aguantas la mezcla de dolor y placer. Sentir como el hielo se derrite dentro de tu coño, mientras te empalo el culo por completo, y mis manos te agarran fuertemente por las caderas, atrayéndote hacia mí para clavártela aún más profundo.

Así empiezo a bombearte sin piedad, solo eres un cuerpo para mi placer más egoísta, el ritmo se acelera, y cuando menos te los esperas, derramo lentamente agua helada por tu espalda haciendo que te retuerzas a un más. Si dejar de penetrarte sacio mi sed, lamiéndote la espalda mojada, subiendo hasta llegar a morderte los hombros y susurrarte que eres solo mía. Así recostado sobre ti como dos animales, comienzo a jugar con tu clítoris, mientras tu culo se adapta al tamaño de mi polla. Estás empapada por la mezcla de tu flujo y el hielo derretido.

El orgasmo inacabado de antes, hace que apenas puedas resistir que te torture dulcemente el clítoris, y te convulsionas con el primer orgasmo. Pero estas atrapada bajo mi peso, y no voy a dejarte tan fácilmente. Mis dedos no para de jugar con tu coño, mientras que puedes sentir mi polla cada vez más dura y gorda dentro de tu colita. Otro orgasmo te llega sin avisar aún más fuerte que el anterior, haciéndote gritar tan fuerte, que los vecinos deben creer que te estoy dando una paliza.

Solo entonces eyaculo dentro de ti y puedes sentir como mi leche te llena en cada latigazo.

Me separo de ti sin decir una palabra, mientras el semen caliente se escurre de tu ano completamente abierto, cayendo lentamente sobre tu coño empapado.

Te dejo así, atada a la cama y expuesta, hasta que me dé la gana soltarte.

  • Index
  • /
  • Home
  • /
  • Stories Hub
  • /
  • BDSM
  • /
  • Hielo

All contents © Copyright 1996-2023. Literotica is a registered trademark.

Desktop versionT.O.S.PrivacyReport a ProblemSupport

Versión ⁨1.0.2+795cd7d.adb84bd⁩

We are testing a new version of this page. It was made in 30 milliseconds