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La Azafata Se Volvió En Sanitario

Por mi trabajo a veces viajo por fuera del país para atender clientes, por esta razón estaba en este vuelo esa vez. No es importante el por qué ni el lugar exactamente, pero era un vuelo jodidamente largo. Por suerte iba en una de esas aerolíneas (no diré cuál) que da bebidas gratis durante todo el viaje. Yo no tomo alcohol, así que me quedé con los jugos. Y como todo es gratis, no soy la única pidiendo que me rellenen el vaso. Estoy sentada al lado de un alemán que ha insistido en tomar cantidades increíbles de vodka y que se ha puesto más y más hablador- e incomprensible -- con el tiempo.

De todas formas, lo que entra, debe salir. Tristemente, no era la única sintiendo esa necesidad: Ya había una cola larga formándose al frente del baño. "Está bien", pensé, "Debería haber más de uno en este avión." Así que voy por los pasillos de otro compartimiento en donde las cosas no se veían mejor.

Por fin llegue a la sección de business class. Lo notas de inmediato: diferente tapete, diferentes asientos, pasillos más anchos y de alguna forma más silenciosa. Debí tener un aspecto de perdida, porque una azafata me pregunto de inmediato "¿Te puedo ayudar?" Le expliqué que los baños de la otra sección estaban todas ocupadas y que buscaba uno que estuviera libre.

Por alguna razón ella no me puede dejar entrar a la sección de bussiness class, lo cual al parecer resulta un poco vergonzoso para ella. Así que ella quiere ayudarme de todos modos y me lleva a un lado. "Ven conmigo". Yo la sigo. Ella es un poco pequeña y usa poco maquillaje, lo cual parecer ser el caso para muchas alemanas, pero es tierna. El vestido oscuro le luce bien, y su cabello esta decentemente cortado y trenzado. También tiene ese aire sumiso que las personas que tienen trabajos ayudando a otros, orientados al servicio (enfermeras, azafatas, empleadas, etc). Frecuentemente tienen.

Me está llevando a hacia el lado, donde hay una puerta marcada como "personal", ella saca una llave de su bolsillo, y abre la puerta. Esta sonriendo inseguramente y pone un dedo en sus labios para indicar que necesito mantenerme callado sobre esto y después abre un poco la puerta. Le sonrío de devuelta y paso lentamente apretado contra ella, mientras mi mano soba su pecho como si fuera accidente. Me mira sorprendida y yo le devuelvo la mirada sin dudar. Mi mano se posó sobre su pecho por un tiempo largo. Ella nota que estoy seria y su lado sumiso sale al aire.

Ella me sigue al apretado baño de azafatas y cierra la puerta después de entrar. Yo la agarro y le planto un beso en su pequeña boca. Ella empieza a temblar un poco, por miedo o por emoción, no lo sé. Cuando la solté, ella cerró la puerta detrás de ella mientras yo gentilmente le pasaba mis dedos por su cabello y le susurra en su oído "necesito orinar."

"Si," responde ella y me mira devotamente y algo perdida. "Abajo," Le digo yo. Ella lentamente se desliza contra mi cuerpo hacia abajo y se arrodilla en el suelo mientras yo le subo su falda. Yo muevo mi ropa interior a un lado y empujo su cabeza contra mi vagina. Ella vacila, pero luego empieza a lamer por mi labia. Me siento en el asiento del inodoro y abro mis piernas aun más, mientras la punta de su lengua me circula mi clítoris.

Finalmente, no lo puedo soportar más. La miro hacia abajo, con su cabello rojo entre mis piernas, ese bonito uniforme de la aerolínea aún pulcro mientras ella me lame la vagina y luego yo me vengo en ella. Una corriente caliente se afana por salir de mi orificio y ella se hace hacia atrás sorprendida y jadea por aire. Mis fluidos empaparon su camisa blanca y al comienzo parece como si fuera a correr, pero luego su actitud sumisa vuelve y sale y ella abre la boca y deja que me orine dentro de ella.

Tardó un rato para que terminara, y yo rocie sobre su cara, pelo, chaqueta y puedo ver como corren gotas por su cuerpo y se agrupan en el suelo. Ella traga un poco, pero no lo suficiente para dejarme seca. Cuando la presión baja yo la guío a mi esfínter, el cual ya se mojó por mi pis de todas formas. Ella cuidadosamente me mete un dedo y me empieza culear. Yo agarro su brazo para moverlo más rápido, hasta que ella entienda que lo necesito duro. Ella toma dos dedos, luego tres, abre el hueco de mi ano y me los mete duro. Yo gimo y me muevo incontrolablemente. No tengo idea si alguien nos haya oído, y tampoco me importa. Me han servido mi culo y mi vagina por la azafata putosa, sin importar el precio.

Un poco después me corro de una vez, todo mi cuerpo esta temblando y siento como se pone tenso la parte de debajo de mi cuerpo. Mi esfínter aprieta sus dedos y yo le pego a mi clítoris hasta que crezca. Luego me hundo atrás. Puedo sentir sus dedos deslizándose por fuera de mi ano y yo miro hacia abajo. Ella me sonríe felizmente y me lame los pelos púbicos para quitarme los fluidos que se han quedado ahí. Yo le acaricio el cabello y la beso.

Antes de volver a sentarme en mi asiento, ella me da una tarjeta con su número y su correo. El resto del vuelo yo seguía preguntándome si tal vez ella tendría ropa seca para cambiarse o si seguía empapada con mis fluidos.

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