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Samira (2ªparte El hombre dalmata)

Samira (2ª parte de El hombre dálmata)

Los preparativos para el banquete y la fiesta van por buen camino. He conseguido anticiparme a todo acontecimiento, y creo que ya lo tengo controlado. La señorita Nagore estará satisfecha por todo el empeño que hemos puesto para que no falte de nada.

Las mesas están alineadas como le gusta a la señorita. La presentación ideal y los deliciosos platos para sus invitados. Ya casi todos están en el salón de fiestas cogiendo sitio. Nagore me ha dado el rato libre para vigilar a su mascota. Mientras Mika y Monle serán las encargadas del servicio. Son por lo menos 3 chicas y 2 chicos los que harán de camareros toda la tarde.

Algo cansada subo por las escalinatas hasta llegar al salón de arte. A la joven Amaya me la tropiezo por el pasillo acomodando unos nuevos lienzos...

- ¿Has terminado con Tobi?

- Ah si, ya lleva unos 15 minutos que lo tinté. Debe de estar seco ya...

- Aún es pronto. Nagore me ha dado instrucciones de que lo traiga en cuanto terminen del almuerzo. Ella lo quiere para la fiesta.

- Pues en el salón de arte está, Samira.

No quiero hacer perder tiempo a la joven Amaya y ando incitada para ver el trabajo de esta. En cuanto llego a las puertas lo veo...

- Precioso!!!

Exclamo en voz alta para que Amaya me escuche, y esta se ríe.

Amaya baja las escalinatas con un cuadro, y en lo que va desapareciendo de mi vista me guiña el ojo en complicidad. Yo le sonrío y vuelvo la mirada a la entrada del salón para poder creer lo que veo.

- Que gran trabajo ha echo Amaya con tigo!

Entro al interior del salón y lo primero que me llama la atención, es como su pene asoma de un cilindro detrás de sus nalgas. Es como si fuera la cola del dálmata!, Es una gran idea la verdad. Pero... Que bien pintado está. Parece que el color y las manchas negras salen de su piel como un tatuaje. Increíble!.

- Uf, debes tener frío con estos ventiladores.

Apago los dos ventiladores y los aparto.

Al volver quedo asombrada de ver su trasero. Su pene me apunta en cuanto estoy detrás del esclavo. Este palpita y me halaga crearle un estímulo. ¿Que se le pasará por la cabeza al esclavo?.

Me agacho y veo como su glande hinchado queda libre del cilindro. Al verlo mas de cerca compruebo del porqué apunta atrás. Y es que la cuerda parte de su cilindro hasta su collar. El pobre tiene la espalda arqueada y la cabeza alta para sufrir menos el tirón y el apriete en sus pelotas. Y es que sus pelotas están divididas por el aplastamiento de la correa. Pobrecito...

- ¿Te duele, Tobi?

El tan agradecido me lo niega moviendo la cabeza a los lados. Tengo la impresión que disfruta de su nuevo atuendo.

En su glande hay una gota casi transparente... Pero... ¿Que ven mis ojos?. El suelo está manchado de lívido!

Yo que tengo mi vara de bambú, le doy unos toques sobre el glande.

- Eres un perrito malo!

Lo doy tantos toques como sílabas empleo en mi frase cuando me dirijo a el. Y el por cada toque suelta salpicadas de lívidos. Incluso el muy degenerado gime.

Le dejo de dar golpes y el mueve su pene con palpitaciones. Me pregunto si está apunto de correrse.

- Tobi!, ¿Te vas a portar bien?

En cuanto afirma moviendo la cabeza, su pene se mueve tirado de la correa. No puedo evitar de reírme...

- La verdad que Amaya ha hecho una gran obra de arte de ti.

No puedo contenerme de tocarlo. Le paso la mano en su culo pintado y al verme la palma compruebo que no quedo pintada.

- Umm, parece que el tinte seca bien.

Entonces acaricio sus pelotas rosadas. Estas son increíbles!. Parecen que van a reventar... No me quiero imaginar cuanto semen podría salir de allí. Y es que desde que la señorita Nagore no estaba, este pobre no ha eyaculado.

Su pene no para de palpitar, y me da impresión de que quiere que lo coja. Palmita de manera que choca en mi muñeca. Incluso me mancha de gotas.

- Shhhh!

Tiene que calmarse. Me da miedo de tocarle en glande, y estalle.

- ¿No te irás a correr, Tobi?

Este niega con la cabeza y parece un animal poseído. Yo paro de acariciarle y me muevo a su costado apoyada en mis rodillas. Cuando me encuentro con su rostro, me doy cuenta que Tobi me mira de reojo el muslo, que de un descuido queda descubierto por la raja del pareo. Le doy un toque con la vara en los cachetes del culo, y el corrige para mirar al frente.

Me doy un respiro, o mas bien le doy un respiro para verlo de perfil y mas cerca. Es asombroso el trabajo detallado en la pintura. Tiene hasta su hocico al detalle, las trenzas y las trabas en su pelo, las manoplas y medias que combinan con la pintura, pero...

- ¿Que es esto?.

En el suelo Amaya se ha dejado los dos cascabeles. Los cojo...

- Parece que se ha olvidado de un detalle.

Me inclino en busca de su pene, y busco con los dedos una argolla sobrante del cilindro. El sitio perfecto es donde empieza el glande...

- Aquii está!

Engancho un cascabel solo en la punta final del cilindro. Termino, y este con sus palpitaciones lo hace sonar. Encantador!

Tobi tiene los ojos cerrado, parece que hace un esfuerzo para no eyacular. Lo veo muy excitado y gime de forma mas intensa. Su respiración se oye con fuerza. No se si podré jugar mas con el.

- Shhh! Calma!

El hace lo posible por calmarse, y yo paciente espero sin tocarle un rato. Pero su glande es como un caramelo que apetece incluso chuparlo. ¿Le podré tocar un ratito mas?...

Voy de nuevo a la ataque... Con mis dedos cojo su glande.

- Tranquilo Tobi!

Aprieto su glande, y una gota blanca sale lentamente. Por poco creí que se había corrido, y por ello suelto su glande rápido. Tobi respira hondo y luego gime...

- Mejor vamos a darte un paseo por el salón para que te calmes.

Me levanto y cojo una correa de perro que hay sobre la mesa y se lo engancho en su collar.

- Vamos!

Lo llevo de la correa a dar vueltas por el salón de arte.

Estoy muy sorprendida de lo excitado que está y me da un poco de pena. No se, pero creo que el cilindro le está dando un estímulo a su favor. Y es que mientras gatea tirado por mi, el se preocupa en tener la cabeza levantada y arquea todo lo que puede su espalda. Ahora tiene otro andar. Se me hace raro verle gatear así. Es posible que la correa en su espalda le tira demasiado.

- Valla!

Cuando miro sus nalgas, me doy cuenta que por cada paso que da, su pene se mueve arriba y abajo. Esto me hace reír mucho.

- Tu colita se mueve cuando caminas!

Se le ve muy gracioso, me encanta llevarlo de la correa por el salón. Que ganas tengo de que Nagore lo vea. Que dirán los invitados!!!! De pensarlo me río...

Me detengo en seco y se me ocurre preguntarme si el esclavo es capaz de una reverencia con esa correa en su espalda.

- Al pie!

Este se gira poseso, y apoyando los codos al suelo, busca besar mis sandalias. Sorprendida veo que puede bajarse y besar mi sandalia, pero eso si... La correa de su espalda se estira al máximo y trae en alto sus pelotas y pene. Desde lo alto los puedo ver detalladamente. Yo de pie y el a gatas besando mi sandalia, veo como sus partes se muestran tras sus nalgas, como si me los ofreciera.

- Vamos!

Besado mi sandalia, tiro de la cadena y lo hago andar mas por el salón.

Así estamos un rato hasta que para mi sorpresa Mika aparece por la puerta.

- Samira!, Monle necesita ayuda. Si no te importa bajas a la cocina, que Nagore ma ha mandado a llevarme a su mascota a su habitación.

- ¿A su habitación?, ¿La señorita no tenía planeado llevarlo a la fiesta?.

- Si pero pretende por lo visto ir a buscarlo ella misma. Como el almuerzo va para rato, quiere que su mascota descanse en su jaula.

- Vale, no te preocupes. Yo misma lo lo llevaré a su jaula, y luego bajo.

MIka se retira y yo tiro del esclavo para salir del salón.

Por el pasillo vamos acompañado por el sonido de su cascabel. Derepente me vuelvo a encontrar con Amaya.

- Muchacha has hecho un gran trabajo!

- Nagore me ha dado la idea, la verdad.

Ella responde con esa modestia que la identifica. Entonces me inclino coger su glande en mis dedos y...

- Este detalle de la cola es un gran invento. Ya no le hace falta una cola enchufada al culo.

- Bueno, habrás visto que tiene su plug.

- No, ya. Pero insisto que es genial, Amaya.

Amaya se ríe y mira como un poco de semen mancha mis dedos.

- Ay!

- ¿No se habrá corrido?

- No creo...

Limpio del glande una gran gota y compruebo que que no hay mas gotas.

- No creo. Esto ha sido una gran gota!

Amaya también cree que no se ha corrido y decide no tocarlo por si acaso. Yo hago lo mismo me aparto de el y tiro de la correa para llevarlo a su destino.

- Lo voy a dejar en la habitación de Nagore.

- Vale, yo ahora termino, y en cuanto empiece la fiesta me voy al muelle.

- Nos vemos!

Me despido de una atareada Amaya, y me dispongo a seguir por el pasillo. De vez en cuando miro su cola y veo mas gotas saliendo...

- ¿Te has corrido, Tobi?

El lo niega.

Tranquila sigo hasta la habitación de Nagore.

Allí esta su jaula, al pie de la gran cama de la señorita. Aprovechando la puerta abierta le invito a entrar.

- Hasta luego, Tobi. Tu dueña pronto te irá a buscar.

Salgo de la habitación deprisa preguntándome que es lo que querrá Monle.

Continuará....

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